Se descarta que el agente vial de San Gregorio Atzompa haya sufrido un levantón como pretendía hacerlo creer a su familia y a sus mandos policiales. En realidad, se fue de parranda y fue hallado el pasado miércoles por la noche en un motel de San Andrés Cholula, en estado de ebriedad y con algunos leves rallones en el rostro y brazo, los cuales al parecer él mismo se causó de manera superficial.
Como se informó en este diario, Alejandro “N”., de 39 años, desapareció de Atzompa el pasado lunes cuando se supone que debería estar cumpliendo con sus funciones de seguridad vial. Su patrulla fue localizada en calles de aquel municipio, bien cerrada, pero de él no tuvieron noticias, hasta el martes por la mañana cuando se comunicó con su hijo de 10 años y le dijo que estaba en Izúcar de Matamoros, porque un grupo armado lo había levantado. Por si fuera poco, le envió fotografías de él semidesnudo y supuestamente lesionado.
Esta información el niño la dio a conocer a sus mayores y ellos contactaron con los compañeros de Alejandro. Aunque la versión del levantón no cuadraba a los policías, siguiendo los protocolos alertaron a todas las corporaciones para evitar que algo malo pudiera pasarle.
El miércoles pasado fue localizado alcoholizado en una habitación del Super Motel de San Andrés Cholula, junto con él se encontraron bebidas embriagantes. El agente no tenía el arma de cargo, por lo que deberá responder administrativa y legalmente.
LO QUE OCURRIÓ
De acuerdo con las evidencias halladas por sus compañeros y policías investigadores, se sabe que Alejandro no fue levantado, abandonó sus funciones policiales para ir a tomar, aparentemente con una mujer, con la cual fue visto ingresar al motel. Ella abandonó la habitación la mañana del miércoles, pero él siguió ahí hasta que fue localizado por las autoridades.
Trascendió que al ser localizado no le fue encontrada el arma de cargo, él argumentó que se la habían robado, pero fuentes policiales no descartan que la haya extraviado al estar alcoholizado o que incluso la haya vendido o empeñado para seguir tomando.
Otra cosa que llamó la atención es que tenía en su poder más de 50 identificaciones y tarjetas de crédito de otras personas, por lo que las autoridades deberán investigar si esos documentos están ligados a alguna actividad ilícita que cometiera el uniformado. Se presume que, al quedarse con esos documentos, podía exigir dinero a las personas a cambio de devolverlas, por lo que, si alguien fue víctima de este agente vial, puede acudir a denunciarlo ante sus mandos en Atzompa, o ante la Fiscalía General del Estado.
LOS DESEQUILIBRIOS
Inventar haber sido levantado y agredido por un grupo armado para irse de parranda no es lo único desequilibrado que ha cometido este uniformado. Indignó a fuentes policiales el hecho de que haya tenido la desfachatez de meter en el asunto a su pequeño hijo de 10 años, al cual le hizo creer la historia del levantón y le envió fotos de las supuestas lesiones – rayones – que le habrían causado.
Otra de las inverosímiles aventuras de este uniformado ocurrió hace algunos años, cuando dijo a sus compañeros de aquel entonces que su padre había muerto y de esta manera les solicitó cooperación para los gastos funerarios. Muchos de sus compañeros solidariamente aportaron dinero, pero la muerte del padre era falsa, el buen hombre no murió hasta mucho después.
El haber desaparecido y abandonado el trabajo, y después haber inventado ante sus familiares que había sido levantado, no constituye materia de delito, por lo que Alejandro no tendrá consecuencias legales. Sin embargo, el ayuntamiento de Atzompa procederá administrativamente contra él. El uniformado deberá aclarar qué fue lo que le ocurrió a su arma de cargo y en su caso reponerla.
