San Pedro Cholula, Pue. Una de las tradiciones más importantes en los diez barrios tradicionales de esta ciudad milenaria, es la colocación de altares en honor a la Virgen de los Dolores, que se realiza cada Sexto Viernes de Cuaresma, donde se recuerda a los Siete Dolores de la Virgen María por la vida de Jesucristo.
Así lo contó la doctora cholulteca, Margarita Tlapa Almonte quien detalló que esta tradición traída de España en la época de la Colonia, se sincretizó con ritos prehispánicas de fertilidad que coincidían con la Semana Santa, por lo que se integraron elementos agrícolas al Altar, principalmente semillas.
“La Virgen de los Dolores es patrona de los hogares, de las aflicciones domésticas y defensora de la honra familiar. Al sexto viernes de la Cuaresma se le conoce como Viernes de Dolores consagrado a venerar a la Virgen de los Dolores y a recordar los dolores que padeció. En sus manitas sostiene un pañuelo blanco, un vestido morado indicativo de tiempo penitencial, el velo blanco símbolo de pureza y manto azul o morado atuendo de la mujer casada, las siete espadas que atraviesan su corazón símbolo de aflicción. Además, lleva aureola y resplandor, que indica su santidad”, dijo.
Al respecto, Tlapa Almonte mencionó que, en los barrios de Cholula, en la Capilla Real de Naturales, en el Convento franciscano y en casi todos los templos de San Pedro Cholula, existen esculturas y pinturas de la Virgen de los Dolores, por lo que en estos lugares hay celebraciones, donde la mayordomía de esta advocación mariana recae en mujeres viudas o señoritas.
“El Altar a la Virgen de los Dolores es una expresión mexicana que muestra el sincretismo indígena con el español. En el altar, el lugar principal lo ocupa la imagen de la Virgen de los Dolores, sola o al pie de un Cristo, en algunos lugares se realizan en siete niveles recordando los dolores de María. Se tiende una cortina morada o blanca en referencia con la Cuaresma, el luto, la sangre de Cristo o la pureza de María. La mesa del altar se adorna con frontales, manteles, servilletas y banderitas de papel china picado”, subrayó.
Asimismo, Margarita Tlapa añadió que otros elementos que adornan el altar son naranjas agrias que representan el corazón de María, cada una con siete banderitas dorados, plateadas o moradas de papel picado, que simbolizan la amargura y también simbolizan el sol y la luna, a Cristo y María, además que –señaló- indican el triunfo de Cristo sobre la muerte y pecado.
“Se colocan siete veladoras o cirios encendidos, agua de colores que representan, las lágrimas derramadas de María, limón con chía, sin azúcar, representando la amargura, vitroleros con aguas teñidas, con pétalos de amapolas rojas, palo de Campeche, carmesí, flor de Jamaica. Así como agua de sabores que refieren a la sangre de Cristo, la pureza de María. La tradición es que las personas que visitan los altares a la Virgen de los Dolores, preguntan ¿aquí lloró la Virgen? Y se obsequia un vaso de agua de sabor”, concluyó.
