Cuautlancingo, Pue. Desde hace cinco años unas cincuenta familias han sido afectadas con ruidos excesivos que alcanzan los 90 decibeles, provenientes de las bocinas de varios negocios, entre bares, taquerías, autolavados, puestos de comida y hasta bailes populares sobre la avenida México-Puebla, a la altura del barrio del Calvario entre las calles San Joaquín y La Crom de la cabecera local, sin que las autoridades intervengan, por dicha contaminación auditiva.
Uno de los afectados es José Luis Prado Carrasco, quien contó que junto a otros vecinos han presentado hasta 60 cuartillas de oficios al ayuntamiento, desde que estaba en turno el ex edil panista, Félix Casiano Tlahque, posteriormente con Lupita Daniel Hernández, y actualmente, con el gobierno municipal que encabeza Filomeno Sarmiento Torres, sin embargo, contó que a la fecha únicamente envían inspectores, policías y regidores sin que logren resolver la contaminación auditiva en la zona.
“Son once establecimientos, los decibeles alcanzan hasta los 90, cuando en Cuautlancingo en la zona residencial está permitido 55 decibeles, el más bajo, el cual es de las 6 de la mañana a las 10 de la noche, los 50 decibeles de las 10 de la noche a las 6 de la mañana, por una norma oficial mexicana. Nosotros no queremos que clausuren o cierren los negocios, únicamente que bajen el sonido de sus bocinas, pedimos respeto y educación, ya que el ruido empieza desde las 8:30 de la mañana hasta la medianoche, no podemos dormir”, dijo.
Al respecto, José Luis Prado Carrasco refirió que los ruidos son ensordecedores, por lo que su familia, vecinos de la tercera edad y obreros de dicha área poblacional viven con ansiedad, insomnio y estrés, además que tras hacer los reportes a la Policía Municipal en estos últimos años han recibido “amenazas” de los propietarios, a quienes los gobiernos municipales “encubren” por un supuesto trasfondo político.
“En el capítulo 26 del código reglamentario municipal que los límites máximos permisibles para la emisión de ruido son entre 65 y 68 decibeles en Cuautlancingo. El reglamento ecológico del municipio estipula que los ciudadanos tenemos derecho a vivir en un ambiente adecuado para la salud y bienestar. Además, se prohíbe a las asociaciones civiles, ciudadana, sector público y privado las emisiones de ruidos, vibraciones u olores, energía térmica, lumínica que sobrepasen las normas oficiales mexicanas”, subrayó.
Finalmente, el lugareño acusó que, tras llevar estas quejas al gobierno municipal, donde incluso se realizan bailes populares donde se ubican dichos establecimientos cada quince días, ha recibido por parte de las autoridades municipales en turno un “ultimátum” con respecto a su local de carpintería, único ingreso para su familia, debido a que no cuenta con los permisos de protección civil, los cuales tienen un costo de 19 mil pesos.
